Un nuevo informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU acusa a Israel y Hamás de cometer una serie de crímenes de guerra y abusos contra los derechos humanos desde el pasado 7 de octubre, cuando estalló la actual guerra entre ambos.
El informe, realizado por miembros de la Comisión de Investigación de Naciones Unidas, acusa a ambas partes de cometer crímenes de guerra por los ataques contra la población civil y los "asesinatos u homicidios intencionados".
La investigación, que abarca hasta finales de 2023, acusa específicamente a Israel de crímenes de lesa humanidad por tortura, "exterminio" y "persecución por motivos de género contra hombres y niños palestinos".
El gobierno israelí rechazó las conclusiones del informe y acusó a la comisión de la ONU de perseguir "una agenda política de miras estrechas" contra Israel.
El informe se presentará al Consejo de Derechos Humanos de la ONU la próxima semana. Fue realizado a través de horas de entrevistas con víctimas y testigos, informes médicos e información de fuentes abiertas.
Los investigadores, dirigidos por la exjefa de derechos humanos de la ONU, Navi Pillay, afirman que el uso por parte de Israel de armamento pesado en zonas pobladas de Gaza constituía un crimen de guerra por tratarse de un ataque directo contra la población civil que pretendía causar "el máximo daño, haciendo caso omiso a los principios de distinción, proporcionalidad y precauciones adecuadas".
También acusan a Israel de otros crímenes de guerra, como hambruna, detención arbitraria y muerte y mutilación de "decenas de miles de niños". El informe también afirma que Israel ha impuesto un "asedio total" en Gaza que limita la energía, los alimentos y el agua a los civiles, lo que, según la investigación, equivale a un "castigo colectivo".
Otros crímenes de lesa humanidad cometidos por Israel, según los investigadores, fueron "el exterminio, el asesinato, la persecución por motivos de género de hombres y niños palestinos, el traslado forzoso de la población, la tortura y los tratos inhumanos y crueles".
Las fuerzas israelíes también son acusadas de violencia sexual por desnudar públicamente a palestinos, lo que, según los investigadores, pretendía "humillar a la comunidad en general y acentuar la subordinación de un pueblo ocupado".
Israel -que se negó a cooperar con la investigación- no tardó en rechazar el informe, acusándolo de "discriminación sistemática contra Israel".
Meirav Eilon Shahar, embajadora de Israel ante la ONU en Ginebra, acusó a la comisión de intentar establecer una falsa equivalencia entre Hamás y el ejército israelí en relación con la violencia sexual.
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