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OMS se plantea declarar el nivel más alto de alerta por la epidemia de viruela del mono



El mpox es una enfermedad causada por el virus de la viruela del mono. Se transmite por contacto cercano entre personas o animales infectados. Ha sido endémica en África central (cepa I) y África occidental (cepa II) desde la década de 1970 y se extendió rápidamente por todo el mundo. Se han notificado decenas de miles de casos relacionados con la variante de África occidental en más de 110 países.

Los virus de la viruela pueden transmitirse no solo a través del contacto directo con los fluidos corporales.

En términos prácticos, la viruela símica causa erupciones cutáneas, lesiones y dolor, que requieren un tratamiento de apoyo para controlar los síntomas de la forma más eficaz posible y evitar complicaciones posteriores. La mayoría de los pacientes tratados se recuperan en un mes, pero la enfermedad puede ser mortal si no se trata.


En el mundo existen dos vacunas contra el Mpox, la europea y la japonesa. Ésta última denominada LC16m8 y desarrollada en Japón, se convirtió en la primera en el mundo en ser evaluada para medir su eficacia, seguridad e inmonugenicidad. A principios de 2024, el país hizo un convenido con la Misión Científica de Japón para empezar los estudios y mientras esto acontecía, el conteo de casos registrado disminuía y la enfermedad empezaba a controlarse cada vez más.


No pasó lo mismo en la República Democrática del Congo (RDC), donde el número de casos de mpox ha ido en aumento durante más de dos años. El doctor Louis Albert Massing, coordinador médico de Médicos Sin Fronteras (MSF) en RDC asegura que el número de casos se triplicó en 2023, con más de 14.600 casos sospechosos notificados y 654 muertes. Pero en 2024, la situación ha empeorado aún más. Entre enero y mediados de julio, se notificaron más de 12.300 casos sospechosos y 23 provincias se vieron afectadas.


La situación es tan delicada que hoy, 8 de agosto, el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en África (CDC), Jean Kaseya, ha dicho que es probable que la agencia declare una emergencia de salud pública continental debido al creciente brote del virus.


“Estamos comprometidos a movilizar recursos y proporcionar asistencia técnica a los países afectados para controlar el brote”, dijo Kaseya.


Un total de 887 nuevos casos confirmados y sospechosos de mpox se han reportado en el continente en la última semana, lo que eleva el total a 15.132 registros, según datos presentados en una reciente conferencia de los CDC.


"La aceleración de la epidemia es preocupante, sobre todo porque se ha identificado una mutación genética en la provincia de Kivu del Sur, con una transmisión de persona a persona ininterrumpidamente desde hace meses. Esta mutación no se ha identificado todavía en la cepa de la cuenca del Congo, a diferencia de la cepa de África occidental que causó la epidemia mundial en 2022", explica Massing de Médicos Sin Frontera.


Además de esta mutación, otro motivo de preocupación es que la enfermedad se ha registrado en los campos de desplazados alrededor de Goma, en Kivu del Norte, donde la alta densidad de población hace que la situación sea crítica. Existe un riesgo real de explosión de la enfermedad, dados los enormes movimientos de población dentro y fuera de la RDC.


La identificación de los casos, el seguimiento de los pacientes y la disponibilidad de atención siguen siendo extremadamente limitados en este territorio, mientras que la falta de vacunas dificulta aún más la situación.


La percepción de la enfermedad relacionada con el misticismo o la hechicería en algunas comunidades también complica la adhesión de la población a las medidas de salud pública.


"Esto ilustra la necesidad de trabajar en estrecha colaboración con los líderes comunitarios para que todos se adhieran a las medidas. Hacemos un llamado a la movilización de todos los implicados en la respuesta y a la protección de las comunidades más expuestas lo antes posible mediante la vacunación", reiteró el coordinador de Médicos Sin Frontera.


En RDC, donde la tasa de mortalidad de la cepa es mucho mayor que en África occidental, más de 479 personas han muerto desde principios de este año. En comparación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el mpox se cobró la vida de 89 personas en todo el mundo en 2022.

¿Existe una forma oportuna de contener el brote?


La epidemia se está extendiendo en zonas con realidades demográficas y geográficas a veces muy diferentes. "La respuesta no solo debe ser multisectorial, sino también adaptada a cada contexto", dijo Massing.


A la espera de la llegada de las vacunas, expertos coinciden en que el mayor número posible de socios debe apoyar otros aspectos clave de la respuesta, como los análisis de laboratorio, la vigilancia, el apoyo al aislamiento y al autoaislamiento, la sensibilización, etc. Y, por supuesto, la atención a los pacientes. Hoy en día, todos estos aspectos son deficientes y requieren de enormes recursos para funcionar correctamente.


"Por lo demás, como decía, solo podemos abogar, como tantos otros, porque las vacunas lleguen al país lo antes posible y en grandes cantidades, para poder proteger a las comunidades de las zonas más afectadas, en particular a los grupos de mayor riesgo, como los trabajadores sanitarios congoleños, que están en primera línea de la infección, así como a otros grupos de riesgo, como los trabajadores sexuales y las personas desplazadas en los campamentos", explicó el coordinador de Médicos Sin Frontera en RDC.

El país africano ha validado dos vacunas y está tratando de obtener suministros, pero en esta etapa no hay ninguna vacuna disponible. Se están llevando a cabo negociaciones con algunos países y se están determinando las áreas prioritarias. "Esperamos que la situación se resuelva pronto y que se suministren al país suficientes vacunas para actuar en las principales áreas de la epidemia", señaló Massing.


Por su parte, los equipos de MSF han puesto en marcha varias intervenciones para apoyar la respuesta a este brote. No es la primera vez: ya se llevaron a cabo intervenciones de emergencia en 2021 en la provincia de Mai-Ndombe, luego en 2023 y a principios de 2024 en la provincia de Ecuador. Pero están intensificando sus esfuerzos debido a los recientes acontecimientos.


Desde mediados de junio, uno de los equipos apoya la zona sanitaria de Uvira en Kivu del Sur. El personal brinda atención a personas con síntomas graves en el hospital de referencia general de Uvira y hace seguimiento ambulatorio de los pacientes con formas más leves de la enfermedad, al tiempo que aisla los casos sospechosos.


Los equipos están formando al personal médico en la gestión médica y también participan en medidas de prevención y control de infecciones, y en la sensibilización de la comunidad. En Uvira, en las últimas cinco semanas, MSF ya ha tratado a más de 420 pacientes, incluidos 217 casos graves. También proporciona a los hospitales kits para el tratamiento y la toma de muestras.


En Kivu del Norte, la organización ha puesto en marcha actividades de vigilancia y sensibilización en los campos de desplazados de Goma donde la organización está presente y está reforzando los equipos de atención sanitaria en materia de triaje, aislamiento y gestión de los pacientes que presentan síntomas de mpox.


En el noroeste del país, se han hecho otras dos intervenciones: una en la zona sanitaria de Bikoro, en Ecuador, y otra en la zona sanitaria de Budjala, en el sur de Ubangi. Ambas se llevarán a cabo durante varios meses.


Mientras todo esto sucede en el continente africano, los casos en Latinoamérica y, por consiguiente en Colombia, parecen mantenerse bajo control. Lo último que se supo sobre el convenio que tenía el país con Japón para empezar los estudios de la vacuna fue que los ensayos estarían conformados por científicos de ambos países.


Para la ejecución de los ensayos clínicos de la vacuna, el equipo técnico en Colombia, liderado por Carlos Álvarez, investigador principal del estudio, venía trabajando desde hace más de 9 meses, superando los desafíos que implicó desarrollar, en tiempo récord, los protocolos para hacer los ensayos clínicos con los que se evaluaría la eficacia y seguridad de la vacuna Mpox japonesa.

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