El penal de San Miguel fue mal evaluado en el diagnóstico estatal de supervisión penitenciaria realizado por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH).
Entre las deficiencias documentadas por la CDH, se destacan problemas de la operación de baños en malas condiciones, agua fría, raciones de comidas inequitativas, así como la persistencia de un autogobierno por parte de los reos.
En el diagnóstico correspondiente al 2023, el Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Miguel, obtuvo una calificación de 5.8, similar a la evaluación obtenida en el 2022. Como resultado, la CDH emitió una serie de recomendaciones con el objetivo de mejorar la atención a las personas privadas de su libertad.
En términos generales, se estima que las irregularidades que persisten en el penal de San Miguel propician la operación de un gobierno por parte de los reclusos. Entre las fallas identificadas, la CDH emitió nueve observaciones. En el área varonil se destacan:
- Instalaciones generales y dormitorios notoriamente rebasados de capacidad.
- Colchones sucios y desgastados en los dormitorios, con presencia incluso de mal olor.
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