Beryl tocó tierra estadounidense la madrugada del lunes en la costa de Texas, cerca de Matagorda, a unas 85 millas (137 kilómetros) al suroeste de Houston, como un huracán de categoría 1. A eso de las 4 de la mañana, hora central de Estados Unidos, el ciclón comenzó a azotar la costa texana con vientos máximos sostenidos de 80 millas (128,7 km) por hora, y, pocas horas después, ya había dejado sin luz a más de dos millones de residentes, la gran mayoría de ellos en el sureste del Estado, según la página web PowerOutage.us. Se espera que Beryl cause “marejadas ciclónicas potencialmente mortales, vientos huracanados y lluvias torrenciales”, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés). Al menos dos personas han perdido la vida en Texas como consecuencia de la tormenta.
Las peores condiciones, que incluirán inundaciones significativas y vientos intensos, se sentirán este lunes en el área de Houston y más allá a medida que el sistema se mueva hacia el interior. “Se trata de una situación potencialmente mortal”, señaló el NWS en un comunicado esta mañana. De hecho, horas después se confirmaron las primeras dos muertes en Texas atribuidas a Beryl. Dos residentes de la zona norte de Houston, un hombre de 53 años y una mujer de 74 años, fallecieron después de que árboles cayeran sobre sus respectivas casas.
Los ciudadanos en áreas afectadas por el sistema, que se debilitó tras tocar tierra esta mañana y se convirtió nuevamente en una tormenta tropical, “deben tomar todas las medidas necesarias para proteger sus vidas y sus propiedades de la subida del agua” y “otras condiciones peligrosas”, advirtió el NWS. “Se esperan fuertes lluvias de 5 a 10 pulgadas con cantidades localizadas de 15 pulgadas a través de porciones de la costa media y alta del Golfo de Texas y el este de Texas” a lo largo del día y hasta la noche, aseguró la agencia federal.
Se espera que para el martes Beryl ya sea una depresión tropical, según el NWS. La agencia prevé que la tormenta girará hacia el noreste y se desplazará más deprisa el lunes y el martes. Las previsiones apuntaban a que el centro del meteoro pasara por el este de Texas el lunes y después por la zona inferior del valle del Misisipi y hacia el valle de Ohio el martes y miércoles, indicó el sistema meteorológico.
Por tanto, una alerta de inundación estaba en vigor para varios Estados la mañana de este lunes, incluyendo zonas de Texas, Oklahoma, Arkansas, Kentucky, Misuri e Illinois. En Texas, se mantienen alertas de huracán y tormenta tropical en la costa sureste, desde la bahía Mesquite y hacia el norte hasta Port Bolivar, indicó el servicio meteorológico.
Los ciudadanos de Texas cubrieron ventanas con tablones y se alejaron de los poblados costeros bajo órdenes de evacuación, según AP. Conforme la tormenta se acercaba, las autoridades del Estado alertaron del riesgo de apagones e inundaciones y advirtieron de que no habían evacuado a suficientes personas antes de que la tormenta llegara. Las personas situadas en su trayectoria se enfrentan a un grave peligro, ya que el huracán provocó al menos 11 muertes a lo largo de su paso por el Caribe.
Antes de la llegada de Beryl, las autoridades texanas emitieron una declaración de desastre para 121 condados, algo que facilita el despliegue de recursos para hacer frente a una catástrofe como esta y permite a los funcionarios públicos ejercer poderes de emergencia para preservar la vida, la propiedad y la salud pública. Además, la División de Gestión de Emergencias de Texas desplegó a 2.500 socorristas, incluyendo a la Guardia Nacional, y 1.200 vehículos y maquinaria.
Durante la última semana, Beryl, la tormenta que más temprano ha alcanzado la categoría 5 en una temporada del Atlántico, dejó un rastro de destrucción letal en su paso por México y el Caribe. Arrancó puertas, ventanas y techos con vientos devastadores y marejadas azuzados por una temperatura récord en las aguas del océano. En tres ocasiones, la tormenta ha ganado 56 km/h (35 mph) de velocidad del viento en 24 horas o menos, la definición oficial de intensificación rápida del servicio meteorológico. Aunque se debilitó antes de llegar a Texas, Beryl volvió a ganar fuerza y recuperó la categoría de huracán el domingo por la noche.
El crecimiento explosivo de Beryl hasta convertirse en una tormenta temprana sin precedentes es un reflejo de la alta temperatura del agua en el Atlántico y el Caribe, y lo que el cinturón de huracanes del Atlántico puede esperar durante el resto de la temporada de tormentas, señalan los expertos.
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